-¿Qué vas a hacer ahora?
-Pues iba a preparar algo especial, pero necesito tu ayuda para eso.
Til sonrió mientras asentía, ya sabía lo que estaba pensando y me gustaban.
Diego entró en el despacho con un carrito con bebidas y con una sonrisa de oreja a oreja.
Se podría decir que esa sonrisa estaba también en sus ojos azules.
-Ya están fuera todos y los guardias tuvieron que usar fuera bruta.
-Gracias por la información.
-Y en agradecimiento esto es de parte de todos los empleados.
-¿Lo teníais guardado?
Diego asintió avergonzado y nos sirvió un vaso de tequila.
-Brindemos por la desaparición de los malvados y por el inicio de una nueva era.
-¡Salud!
Y nos bebimos el vaso de un trago. Diego se iba dejándonos allí las bebidas.
-Espera Diego que quiero hablar contigo.
-¿Por qué?
-No sientas miedo Diego. ¿Desde cuándo eres puto de sangre?
Se quedó sin aliento y Til con la boca abierta.
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