Capítulo 18

Aunque creo que en cuanto pisamos el primer bar todos se habían olvidado de lo que había pasado en la casa porque todos volvimos a formar una peña compacta.
Nos pasamos unas cuantas horas en ese bar, raro para nosotros pero daba igual lo importante era que todos estábamos unidos de nuevo.
Bueno… No del todo, lo malo de tener a Pablo y a Adrián bajo el mismo techo (y que no sea de la casa) es que podía haber una pelea… Pero me estoy adelanto un poco a los hechos.
-¿Qué te pasa Paula?
-¿Qué Rebe?
-¿Qué pasa por tu cabeza en estos momentos?
-Estaba pensando en Kara, la primera vampira. Que ella no pudo liberarse tan fácilmente de los que había creado.
-Pero tú lo harás…-Me consoló Cris.
-En algún momento lo sé. Sólo pido que Kara me dé las fuerzas necesarias para hacerlo.
En ese momento sentí que algo se liberaba en mi interior, como si soltasen un millón de globos y se llevasen la unión que tenía hasta ese momento con los vampiros.
He de explicar que hasta ese momento sentía que los hubiera pario yo en vez de sus madres.
-¿Qué ha pasado?
-Que me acabo de liberar Fonso y mejor que ayudéis a Tiziano con los vampiros, que yo me encargo de Adri y Pablo.
En ese momento tuve que separar a estos dos porque se iban a pegar, le di a Pablo un beso como nunca se lo había dado y al separarme de él me preguntó:
-¿Por qué a mí?
-Porque te quiero más que a nadie y nada en este mundo. Y eso que para un vampiro su vida es lo más importante.
-¿Qué le quieres a él?
-Sí, solamente a él. Adri lo que había entre tú y yo se acabó. Pudiste tenerme pero me perdiste y lo que nos queda ahora es la amistad, que la puedes tomar o dejar.
-Mejor tenerte cerca que lejos. Pablo… Hemos competido por ella y es la que debía elegir, y creo que lo ha hecho bien.
En ese momento se dieron la mano en señal de paz. Los vampiros se fueron a otro lugar mientras que Pablo y yo nos quedamos bailando muy pegados.
Aunque luego nos reunimos todos los inmortales para poder hablar sin que los humanos nos molestasen.
-¿Qué acaba de pasar?-Preguntó Raúl.
-Que todos los lazos que tenía con vosotros se han roto ya. Aunque siempre nos quedará la amistad como unión.
-¿Y ahora qué haremos?-Preguntó Ángela.