Capítulo 17

Rebeca paró de comer y me miró con los ojos desorbitados.
-No me mires así Rebeca. Creí que te lo había comentado él.
-Sí y no. Creía que él era…
-Y lo era hasta el último momento pero…
-¿Por qué no me paraste cuando intenté ligármelo?
-Porque quería que os parase él y fue divertido verlo. Te lo cuento otro día.
Rebeca asintió y el resto quedaron algo transpuestos, Pablo me pasó un plato de lasaña de carne y me empezaron a decir de lo que estaban hablando antes de que yo llegara.
Al terminar de comer nos fuimos al salón, llevé el cofre y todos los papeles; todos se sentaron para ver mejor todo lo que tenía.
-Empecemos por los papeles, me dejó dinero y propiedades en toda Europa.
-¿Cuánto dinero exactamente?
-Lo suficiente para vivir durante 2 siglos. Si no me crees fíjate en este cheque.
Pablo se incorporó para verlo y se quedó de piedra, lo que hizo que el resto miraran la cantidad.
-Os podéis sentar si queréis. Dentro de las casas hay cuadros de un incalculable valor como las joyas de este cofre.
Señalé al cofre, mientras una lágrima casi imperceptible para ellos me rodó por la mejilla.
-¡Joder Paula! ¿Es que su familia es rica?
-Era rica. Murieron hace dos meses y le dejaron todo a Til, y por consecuencia me lo dejó a mí. También me dejó las acciones de la empresa en la que trabajo.
Sonreí y los Inmortales me miraron con cara asombrada.
-Es que los de la junta creen que tienen todas las acciones y van a querer echarme.
-Pero cuando se enteren de lo que tú y yo sabemos creo que se van a quedar un poco parados.
Rebeca y yo nos reímos.
-A menos que nos expliquéis lo que es tan gracioso prosigue con lo que tienes ahí.
-De acuerdo pesaos. Aquí os presento las joyas de la familia de Til.
Abrí el cofre en toda su extenuidad, los demás esperaron con ansiedad a que les enseñara todo.
-Bien chicos y chicas estas joyas tienen una historia que sólo lo sé yo.
Empecé por el más antiguo y les fui explicando un poco la historia de cada joya, a las chicas les encantaban todas ellas y a los chicos les gustó una sobre las demás.
La última joya que les enseñé fue la última adquisición de la familia, era la que intentaron robarme en la embajada.
-Ese collar es precioso. Encima quedará perfecto para seguir con la mirada hasta el pecho de la que lo lleve.
-Oye Fonso no digas eso porque es de mi chica.
-¿Tu chica Pablo? Mejor que siga, es el último collar que se adquirió en la familia.
-¿Qué historia tiene ese collar?
-Ahora voy Rebeca. Lo compró la bisabuela de Til y le hizo poner una inscripción en una lengua de lo que antes era Prusia con un consejo para la esposa que pasó de madre a hija durante generaciones.
-Me gustaría copiarlo pero con otros colores.
-Mejor que los haga yo Fonso. ¿En qué colores estabas pensando?
-Para Rebe que sea blanco, porque es mi guía.
-Y el de Cris rojo, porque eres el fuego de mi vida mi querido fuego eterno.
Ambas se ruborizaron ante tal declaración de amor. Guardé todas las joyas en el cofre y llevé todo a mi habitación y lo guardé en la caja fuerte. El dinero y las acciones irían al banco de Suiza y las joyas vendrían conmigo a Escocia en cuanto terminase la boda de Alexandra y Álvaro.
Cuando terminé de guardar todo, llegaron los mortales y empezamos la penúltima fiesta en España. Las chicas fuimos a la habitación principal para preparar la maleta.
-¿Queda claro que voy a ser yo quién va a llevar la ropa?
-Sí, nosotras vamos a llevar poco.
-Bien y ahora contadme lo que te llevas entre manos Alexandra.
-¿Qué? ¿Por qué lo dices Paula?
Miré a la aludida y luego miré a todas pasando una por una. Empezó a hablar Alex:
-Quería decírtelo cuando estuviéramos en París, pero te has adelantado.
-Lo que quieres decirme es…
-Es que no quiero que vayas a la boda.
Yo empecé a reír y las Inmortales después de mí tras decirles lo que pasaba.
-De acuerdo Alex pero cuando vayas a D&G y les digas que buscas el vestido que yo encargué y pregunten por mí diles lo que me acabas de decir.
-Y luego que vaya a Manolo Blahnik que le dirán otro tanto.
-Eso es verdad Rebe que se me olvidaba, gracias por recordármelo.
-Bueno no hay que ponerse así Paula, sólo es una boda…
-Ya pero yo sé algo que las aquí presentes no saben.
-¿El qué?
-No me preguntes con tanta chulería porque yo sé que ya estáis casados tú y Álvaro.
Todas las que estaban en la habitación se quedaron asombradas y les hice una seña a las Inmortales para que se fueran. Rebeca dijo llevándose al resto fuera de la habitación:
-Chicas mejor que dejemos a Alex y a Paula solas, por lo que pueda pasar.
Las aludidas se fueron a regañadientes dejándonos a Alex y a mí en la habitación, la primera se puso muy tensa al estar a solas conmigo.
-Paula no deberías hacer que pasara vergüenza después de lo que hice por ti. Defenderte ante Pablo cuando no estabas presente.
-No inventes mentiras Alex, o por lo menos cuéntaselas a quién no te puede pillar mintiendo. Además sabes que yo me he callado demasiadas cosas de ti y de Álvaro.
-No es cierto. Yo digo la verdad.
-¿A sí? Pues sé que lleváis un año casados y lo habéis hecho por el juzgado. Mientes más que hablas Alex porque te puedo delatar de muchísimas cosas que ni siquiera tu madre sabría a quién creer…
-¡CALLA PAULA! – Gritó Alex.
-Ten cuidado Alex a quién y dónde gritas porque si no recuerdo mal estás en mi casa.
Por supuesto todos estaban escuchando y cuando Alex grito tras lo que dije hubo revuelo, empezaron a pedir explicaciones a Álvaro y cuando Alex salió de la habitación a ella. Yo me senté en la cama mientras los Inmortales entraban en la habitación, se situaban y Rebeca tomó la palabra:
-¿Hace cuánto lo sabías Paula?
-Desde el año pasado, los vi entrar en una sala dónde se estaban casando más parejas.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque para esa parte del juzgado tuve que ir yo a arreglar unos papeles, de los cuales no quiero hablar. ¿Te sirve así Pablo?
Pablo asintió y Rebeca intentó buscar ese recuerdo en mi mente a lo que dije:
-Rebeca no puedes ver ese recuerdo porque lo he bloqueado a todo el mundo, como otros recuerdos que serán revelados cuando sea necesario.
-De acuerdo entonces no lo buscaré.- Rebeca miró al resto de los Inmortales.- Deberíamos salir antes de que decapiten a Álvaro y a Alexandra.
En ese momento les miré a todos y me di cuenta de que los Inmortales parecían un consejo, cuyo mayor representante era Rebeca. Til se dio cuenta de ello y preguntó:
-¿En qué estás pensando Paula?
-En que parecéis un consejo y lo deberíais ser, sobre todo ahora que necesito ayuda para controlar a los vampiros después tomaremos decisiones todos juntos.
Empezaron a negar todos a la vez y sin quererlo se les impuso un poder que antes no tenían a lo que preguntaron a la vez:
-¿Qué ha pasado Paula?
-Se os ha impuesto un poder no visto antes por ningún vampiro ni por un mortal, vosotros 5 sois ahora tan poderosos como los propios dioses o los vampiros que he creado cuando tengan más tiempo.
-¿Cómo es posible eso? Pero una cosa, los vampiros sois los vampiros.
-Te doy la razón pero he de decirte que yo soy como Zeus o Ra. Al ser la primera de todos soy la diosa principal, la diosa madre, y vosotros sois mis hermanos…
-Entonces ellos son la segunda línea de dioses. –Aclaró Pablo.
-Eso mismo es lo que estoy diciendo. Algunos fuisteis elegidos antes de que empezase todo este lío.
-Te recuerdo Paula que todos fuimos creados cuando estuvo la lista empezada.
-No se refería a eso Rebeca y espero que no te refieras a lo que pienso.- Dijeron a la vez Fonso y Pablo.
-Pues es lo que pensáis chicos, pero tranquilos que no lo sabrán hasta que vosotros estéis preparados para contar la historia.
Les sonreí a ambos y ellos me la devolvieron. El resto nos miraba y nos hicieron señas de que fuéramos a salvar a Alexandra y a Álvaro. Salimos de la habitación nos dirigimos hacia el salón dónde al llegar dije:
-¡CALLAOS YA! –El grupo se callo.- Dejemos que se expliquen ahora que estamos todos aquí.
Pasé la mirada por cada uno de los que estaban allí, incluyendo a los vampiros que acababan de llegar en ese momento, asintieron y todos miraron a los acusados.
-Cómo habéis oído por boca de Paula ya estamos casados…
-Pero por lo civil. La familia de Alexandra quería que se hiciera por la iglesia.
-Bueno vale. ¿Por qué no nos lo dijisteis primero?
-Adrián fue porque creímos que lo mejor era mantenerlo en secreto.
-Pues no lo guardasteis muy en secreto porque ya sabéis que Paula lo descubre todo.
-Y a todos, tienes que añadir Tomás.
-Gracias David.
-Bien tras esta revelación espero que no haya más mentiras bajo este techo. Y mejor que vayamos a beber fuera.
Nos fuimos de la casa camino de Gijón, separados por amistades y estatus. Los inmortales junto a Sandra y Alex íbamos cerrando la comitiva y los mortales la iban encabezando e iban muy rápido para ser mortales.