-Sandra mejor que salgas, y por favor no hables con nadie de esto.
-¿Qué le ocurre Adrián?
El aludido no contestó, la mirada de Sandra iba de mí a Adrián y viceversa hasta que le dije:
-Mi rabia no va contra ti Sandra, así que sal de una puta vez.
Sandra salió corriendo, los que estaban fuera se quedaron a cuadros y la empezaron a hacer preguntas a lo que les decía que no iba a hablar.
En la habitación empecé a gritarle a Adrián:
-¿PERO ESTÁS LOCO? ¿NO SABES LO QUE PASA SIN TENER PROTECCIÓN? ¿ACASO NO SABES QUE LA PUEDES DEJAR EMBARAZADA?
-Espera un momento. ¿Acabas de decir que la puedo dejar embarazada?
-Eso mismo. ¿Estás sordo? ¿O creías que los vampiros éramos estériles?
-Pues si te digo la verdad sí, por lo menos a lo último. Veo que te has relajado.
-De momento no, da gracias que el esperma vampiro tarda más tiempo que el mortal, y necesita de este para llegar a su destino.
-¿Cómo serán los bebes?
-Serán gemelos, eso tenlo por seguro. Pero no vivirán para siempre.
-¿Qué?- Adrián se sentó algo trastornado.
-Lo que has oído villasordete, envejecerán más despacio pero la muerte les alcanzará cuando sea necesario. Serán híbridos.
-¿Híbridos? ¿Qué es eso?
-Significa que tendrán todo lo bueno del mundo vampiro sin la sed de sangre.
Adrián empezó a llorar sin lágrimas, se tapó los ojos con las manos y yo le pasé el brazo derecho por los hombros diciéndole:
-No llores más porque ese será su futuro. ¿Querías que fueran más vampiros que humanos?
-Por supuesto, o eso creo.
-Ten en cuenta que vas a tener hijos con vampiras.
-He de hacerte un par de preguntas.- Hizo una pausa.- ¿Cómo sabes tanto de este tema?
-Porque Adriático tuvo hijos híbridos. Uno de ellos se llamaba igual que él y el niño al crecer no quiso vivir más y se tiró al mar que lleva su nombre. Me lo contó en una ocasión para aleccionarme sobre nuestro pasado.
-¿El mar Adriático?- Asentí.- La otra pregunta es. ¿Por qué somos los que somos? Cuanto más lo pienso no le encuentro sentido.
-Porque cada uno de nosotros somos descendientes vivos de los hijos híbridos que tuvieron.
-¿De Adriático?
-No solo de Adriático, sino de todos. Cada uno tiene un gen que lo identifica como hijo de un vampiro original.
-De acuerdo, esta vez hay más chicas. Porque siempre hablas de ellos y de ella como si fueran distintos grupos. ¿Qué gen tengo yo?
-En eso tienes razón. Pues llevas el gen de engañar a las mujeres para conseguir sexo.
-A todas menos a ti.
-Ya lo sé porque yo soy la única que sabe exactamente lo que buscas y lo que quieres, pero eso se te acabará muy pronto. Y deberías salir antes de que piensen que…
-¿Me hayas matado?- Asentí con una sonrisa.
Se levantó de la cama, me dio un abrazo y salió de la habitación, nada más salir profirió un vamos a beber y que estaba viva, aunque nuestros amigos les gustó la idea de beber.
Bajaron al fin y yo empecé a buscar el mejor sitio para leer la carta de Til. Me senté en la butaca que me había regalado él y dije para mí:
-Bien Til que me vas a decir que no supiera de ti antes.
Abrí el sobre salió un DVD y un testamente, al ver el DVD me puse a buscar el portátil mientras me preguntaba:
-¿Qué será esto? ¿Dónde tendré el ordenador? Aquí estás cabroncete –dije al encontrar el ordenador.- y el testamento lo leeré después.
Encendí el ordenador y metí el DVD que tras cargar le di al play. Empezó la reproducción dónde salía Til diciendo:
Hola Paula,
Si ves esta grabación es que debo de estar muerto a manos de tu primer siervo, ya sé que no te gusta que le llame así pero es lo que es…
O por lo menos hasta que te libres de las ataduras que te unen a ellos. Sí lo sé todo, me lo contó Adriático un par de días antes de que me marchara yo a España.
Creo que Adriático te mandó una carta explicándotelo todo y diciendo que tenías un plazo, lo gracioso es que hemos apostado una aparición prolongada ante ti.
Yo por supuesto aposté a que lo hacías antes, mucho antes, del plazo y Adriático apostó que te tendrían que ayudar. Como ya sabes confío en ti y no apostaría contra ti.
Te comento que junto a este DVD está mi testamento que si no quieres no lo leas porque trae que heredas todo lo mío como te dije en aquella ocasión.
Tendrás que firmarlo y entregarlo, estará todo preparado para que te lo den.
No te preocupes por mí ya sabía que iba a morir, lo comprendí cuando me dijiste que no soportabas ser lo que eras y estar cerca de mí sin poder contener tus ganas de beber.
Gracias a ti estoy junto a los míos y tengo más diversión de la que me hubiera imaginado no sé si me entiendes, gracias de nuevo.
En su momento me diste una razón para seguir viviendo y para redimirme ante los míos, que por cierto me perdonaron hacía ya mucho tiempo.
Recuerdo el día que entraste en la empresa, todos te avisaron que yo era como los intocables de la India pero aún así te dignaste a hablar conmigo y luego me lo explicaste si lo llegan a saber el resto creo que se mueren.
(Til mostró una sonrisa de medio lado, mi favorita) Y luego te pedí que te casarás conmigo y me dijiste que sí aunque no fuéramos a consumirlo nunca, pero creo que de alguna forma lo hicimos cuando hablábamos.
Supongo que estarás llorando, como yo estaré haciendo en cuanto termine de despedirme de ti.
Siempre estarás donde esté yo, ya sea en el cielo o en el infierno.
Así era Til en cuanto terminó de hablar empezó a llorar, pero había más grabado tras el mensaje de Til.
Vi a Adriático consolar a Til, y el primero le dijo algo a Til que me hirió tanto que con solo recordarlo me apena el corazón.
Cerré la grabación, apagué el ordenador y me puse a mirar un poco por encima el testamento, tras revisarlo lo firme y antes de salir dije:
-Til, dónde quieras que estés siempre te he perdonado todo. Incluso las cosas que decías cuando te emborrachabas, pero siempre fuiste feliz con las cartas que te habían tocado.
En ese momento sentí un aire fresco en la cara y una voz diciendo:
-Primer paso: terminar la lista. Segundo paso: perdonar a todo aquel que lo merezca. Ya te queda poco para ser libre.
-¿Cuánto tiempo será eso?
Y antes de que me pudiera contestar abrieron la puerta y pregunté:
-¿Qué pasa David?
-Está Alejandro abajo.
-Hazle subir David.
-Es mejor que bajes.
Salí de la habitación precedida por David, bajé al piso de abajo y vi a Alejandro junto a sus hermanos mayores. Cuando me acerqué lo suficiente a él le pregunté:
-¿Qué les pasa Alex?
-Que no se fían de los que están aquí si no estabas tú presente.
-Vale, pues que pasen y que vayan a la habitación de arriba que yo voy ahora.
-¿Qué pasa Paula?
-Tranquilos que es un tema que nos incumbe a la familia de Alex y a mí. ¿Está bien así Álvaro?
El aludido asintió, Alex y yo subimos a la habitación de arriba donde estaban esperándonos los hermanos de él. Les hice sentarse en círculo en torno a mí.
-Chicos voy a percibir vuestras experiencias con las mujeres y luego se las mandaré a vuestro hermano. Tranquilos que todo lo que haga ahora no saldrá de estas cuatro paredes.
Asintieron, cerré los ojos y me relaje, estuve un buen rato así y cuando las tuve todas dije en alto:
-Ya las tengo todas. Alex dame las manos que te las voy a pasar.
Alex me dio las manos y yo le pasé todo lo que había recogido de los hermanos que al terminar dijeron con voz ronca:
-Alex nosotros nos vamos a casa. ¿Te vienes o te quedas?
-Me voy a quedar que tengo que hablar con ella un momento.
Sin mediar más palabras se fueron pero cometieron el error de pensar a la vez algo que no le hubiera gustado a su hermano pequeño.
{-No me gusta este tipo de magia. No sé cómo mamá pasaba tanto tiempo con ella.}
-Porque ella creía en lo que hacía y mejor que no la deshonréis de esa manera.
Quedaron asombrados ante mi respuesta y antes de que ellos pudieran decir nada más Alex les dijo:
-Ella es la protagonista de las historias de mamá, la vampira. Perdón, la Diosa de los inmortales.
-No puede ser, entonces todo lo que decía la leyenda era cierto.
-Por lo que pude ver en vuestras mentes, todo lo que os dijo vuestra madre es verdad y ahora ir a avisar a los hombres de lo habéis visto aquí.
Se marcharon corriendo, yo cerré la puerta sin moverme del sitio y nos quedamos Alejandro y yo en la habitación.
-¿De qué me tenías que hablar?
-Recibí este sobre en mi casa, al parecer es de alguien llamado Adriático.- Me tendió el sobre.- Todas las mujeres se pusieron nerviosas cuando dije el nombre. ¿Sabes quién es este tío?
-Por gracia o por desgracia sí que lo conozco, es mi creador.
Hice una pausa para ver lo que traía la carta y Alejandro me preguntó:
-¿Era? Es decir…
-Sí exacto, está muerto. ¿Leíste la carta?
-No, porque mi hermana mayor me la arrebató antes de poder leerla. Se la enseñó al resto de mujeres de la familia. {¿Qué pasará?}
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