Capítulo 4

Salimos hacia la noche gijonesa, cruzamos la acera para sentarnos en los bancos que hay en la zona de Poniente.
-Al final estamos solos. ¿Hace cuánto tiempo que no estamos los dos solos realmente?
-Creo que desde hace un año y algo. Pero aún así había alguien que nos molestaba.
-Sí inclusive cuando estábamos en los hoteles, pero ahora mismo estamos solos tú y yo.
-No por mucho tiempo Adrián.
-¿Por qué lo dices?
-Por mí, el resto está en el Picaro. ¿No?- Asentí.- Llamé a Rebeca para que me fuera pidiendo algo.
-Pues por ahí vienen con bebidas. Adrián una pregunta. ¿Qué decías de estar realmente solos?
Vinieron los demás hasta donde estábamos con la bebida. Rebeca le trajo a Noelia una Coca-Cola, Sandra le dio a Adrián un biosolan y Til me trajo la mezcla de todos los Absolut vodka y con un toque de Bacardi Bianco, a lo que los demás pusieron cara de asco y David me preguntó:
-¿Qué es eso?
- Se dice en Alemania que si bebes lo que tengo aquí te da un subidón que tienes que sofocar a las dos horas de beberlo. ¿Quieres probarlo David?
-No gracias, yo de momento no necesito de eso.
-Es como la viagra de los jóvenes.
-Espera que lo pruebo yo.
Esteban cogió el vaso de sidra y le dio un sorbo, al devolvérmelo dijo:
-No está del todo mal. Debió de beberlo antes Til, porque sino no lo comprendo.
-No en eso te equivocas Esteban, él es siempre así cuando sale.
-Paula antes de que se me olvide he reservado habitación La Polar para ti y para Adrián, está a tu nombre. Espero que no tengas problemas.
-¿Cuántos días la has reservado?
-Para dos noches, incluyendo la de hoy. ¿Cuánto necesitabas?
-Vale gracias. Me sirven dos noches, una para convertirle y otra para explicárselo. Te he reservado a ti una habitación también en La Polar, creo que lo necesitaremos.
-¿Primero que harás? Mejor no me lo cuentes no quiero saberlo, mañana te iré a buscar lo que me has pedido para hacer esa poción.
Nos abrazamos y vi algo que no me gustó nada, le vi morir a manos de Adrián antes de terminar la poción. Me vio la cara de preocupación y me preguntó:
-¿Qué pasa Paula?
-Tranquilo sólo he visto que mañana tendremos que ir de compras a Gijón, así que coge mi coche y llévalo al parking del hotel.
-Por cierto Paula fíjate en tu amigo Esteban se está tirando a los brazos de todos los tíos. ¿Crees que tuvimos que avisarle?
-Debimos pero se nos olvidó.
Nos reímos mientras el resto quedaba pasmado al ver la escena que estaba haciendo Esteban. Estuvimos un buen rato por Poniente entrando y saliendo de bares, hasta que Adrián se me acercó para ir conmigo a cualquier sitio. Le hice una seña a Til, que ya sabía que debía de decir si le preguntaban donde estábamos Adrián y yo. Como el hotel La Polar estaba cerca de dónde estábamos fuimos andando, sobre todo por Adrián que no lo veía tan mal desde el año anterior. Cuando llegamos, pedí la llave de la habitación que estaba a mi nombre, subimos en el ascensor, buscamos la habitación y al entrar fui directa a dejar a Adrián en la cama, cerré la puerta colgando el cartel de no molestar. Le quité la ropa para que estuviera más cómodo, ya imagináis para qué debía ser eso; me la quité yo también.
Se despertó justo en el momento en el que yo entraba en la cama y empezamos a hacerlo. Al llegar el momento en que se iba a terminar le mordí en el cuello, porque es el momento en que la sangre corre con mayor velocidad y no sentiría mucho.
Intentó luchar con todas sus fuerzas pero no pudo ya que yo era más fuerte, al calmarse me corté la muñeca y le di de beber mi sangre. Mientras su transformación empezaba yo me puse algo por encima y empecé a bendecir el agua que necesitábamos ese día para la poción, al volver a la habitación noté que Adrián me acechaba e intentó morderme lo cual no pudo ser.
Le cogí por el cuello y le dije:
-Vuelve a intentarlo y no verás más a Sandra.- Le solté- Al final esa mortal ha calado en tu duro corazón.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque sé cómo la mirabas antes y cómo la mirabas cuando estábamos reunidos. En estos meses has podido amar a otra persona pero que pena que contigo no se case.
-Explícame eso, te lo suplico.
-Que no podréis ser un matrimonio normal. Tú sólo verás la noche, hasta que aprendas, y ella morirá a los 90 años.
Aunque lo último nunca pasará, pero él no lo sabrá hasta que yo se lo cuente.
-Pero podré verla en ese tiempo, podré ser alguien para sus hijos.
-Sólo tendrás un hijo con ella pero cuando ella esté con otro. Recuerda mis palabras. Ahora ve al baño que está amaneciendo y tengo que ponerte dos potentes hechizos.
A la hora de ocurrir esto llamó Til a la puerta. Le dije que pasara con todo lo que trajese, al verme en la cama con signos de haber llorado me preguntó:
-¿Estas bien? ¿Qué ha ocurrido aquí?
-No hace falta que lo que sepas. Lo único aquí importante es conseguir el ingrediente que falta. Vayámonos a Gijón a buscarlo.
Salimos del hotel, buscamos el coche y nos fuimos hacia la tienda de Lola, al llegar aparcamos y entramos.
-Lola no está pero está Magno, si te sirve Paula.
-Claro que me sirve Charlotte. ¿Está abajo?
Charlotte asintió, Til y yo bajamos, encontramos allí a Lola bajo la apariencia de un hombre.
-Hola Paula, vienes a buscar esto y a otro Inmortal. No te extrañes, hija mía ya puedes pasar.
-Rebeca eras tú la otra Inmortal que había visto en la visión. Gracias Lola, nos vamos al hotel si necesitas algo ya sabes dónde me puedes encontrar.
Nos fuimos de la tienda de Lola, despidiéndonos de Charlotte, subimos al coche y fuimos dirección al hotel; cuando mi teléfono empezó a sonar dije:
-Soy Paula, puedes hablar.
[-Paula soy Lola, te irán a buscar al hotel un antiguo amante. Debéis de matarlo uno de los dos dioses.]
Lola colgó el teléfono, Rebeca y Til me miraron desde atrás, cuando Rebeca me preguntó:
-¿Uno de los dos dioses? ¿De qué está hablando?
-Soy una vampira con colmillos incluidos y el otro “dios” es Adrián que le convertí esta noche.
-¿Quién es ese amante?
-Luego os lo cuento a los dos, mejor dicho. Til toma esto y póntelo.
Le pasé una radio-traductora, se la colocó, esperé a que la tuviera puesta para empezar. Cuando la tuvo puesta dijo:
-Ya está. ¿Quién es ese amante?
-Se llama Gabriel y fuimos novios durante mi época de bachiller nocturno…
-¿Ese tío que te engaño con tu mejor amiga?
-¿Qué?- Exclamó Rebeca.
-Sí Rebeca, me pusieron los cuernos sin enterarme. La tía está muerta y hoy caerá él bajo el mismo destino.
-Es decir, lo vas a matar tú.
-Por supuesto dúo dinámico.
Llegamos al hotel, dejamos el coche en el parking y fuimos a la habitación donde me alojaba yo. Al entrar estaba todo en su lugar, pasamos los tres, cerré la puerta a mis espaldas y nos sentamos para hablar de lo que se necesitaba para la poción.
-Paula puedes mirar si está Adrián por aquí. Con el rollo ese de que es invisible tal vez se fue por ahí.
Relaje la vista, vi que en el baño había dos cuerpos uno que se movía y otro que no. Me fui hacia el baño abrí la puerta y le dije a Adrián que no se volviese a repetir, tras cerrar de nuevo la puerta nos pusimos los tres a preparar la poción de inmortalidad.
Transcurrieron unas horas hasta que me llamó Sandra al móvil, descolgué y le pregunte:
-¿Qué pasa Sandra?
[-No encuentro a Adrián y no contesta al móvil. ¿Está contigo?]
-No está aquí. ¿Habíais quedado?
[-No pero es que me preocupa.]
-Quedamos esta tarde las chicas y nos vamos a ver una película romántica, y luego quedamos con el resto del grupo.
[-Vale, pero quedamos antes para comer.]
-De acuerdo. Dentro de una hora en el hotel La Polar. -Colgué el teléfono.- ¿Habíais quedado Sandra y tú?
-No, es que salimos esporádicamente pero como has dicho me ha calado hasta el fondo.
Seguimos haciendo un poco de la poción, metí en varios frascos la poción y fui al baño para hablar otra vez con Adrián.
-Adrián, te tengo que decir algo.
-¿El qué? ¿Qué tengo una furia dentro inexpresada?
-Exacto, pero la sacaras cuando intenten arrebatarte lo más preciado para un vampiro.
-¿De verdad? ¿Y qué es?- Contestó con chulería.
-No me contestes con esa chulería que te llevará a la muerte. Lo más preciado para alguien como nosotros es nuestra vida, cuídala y serás imparable. Descuídala y yo misma te quitaré la vida.
-¿Quieres meterme miedo?
Le cogí por el cuello, le fui arrebatando poco a poco la vida que le había dado.
-Ahora comprendes que soy tu creadora pero también soy tu verdugo, recuérdalo para que se lo digas a los demás.
-¿Los demás? ¿Va a haber más?
-Por supuesto que sí. Y antes de que se me olvide, vas a matar a Til así que te dejaré abierta del baño.
Antes de que contestara me fui, era casi la una y las chicas no habían llegado, la única que estaba allí era Sandra que necesitaba información de Adrián así que le di todo lo que pude. Al terminar mi informe “Adrián” para Sandra, llegaron el resto de chicas pero también llegó alguien que no debía llegar hasta por la tarde por lo que le tuve que despachar rápido.
-Ven por la tarde- noche y ya hablamos más tranquilos en una habitación.
-Estate aquí a las 8.
-Tú no me mandas Gabriel.