Capítulo 16

-¡NO! Ni se te ocurra pensarlo. Hice una promesa a Lola de que ninguno de sus descendientes lo conocería de primera mano, solo a través de las historias.
En ese momento llamaron a la puerta, se abrió y se asomó Rebeca que me preguntó:
-¿Estás bien Paula? {Hay un pequeño problema abajo con los vampiros.}
-Sí estoy bien Rebe, entra y coméntalo abiertamente que Sandra lo sabe. Cortesía de Alex… Y mía.
Rebeca entró y cerró la puerta tras de sí.
-Hay que llevarse a los vampiros fuera de la casa, enloquecieron de repente. {¿Por qué se lo has contado?}
-¡Mierda! Debí de ser más rápida. Porque sabe lo que es Adrián y tarde o temprano sabría lo que era yo.
-De acuerdo.- Rebeca se fijo en Sandra.- Ya sé de donde viene el problema. ¿Qué hago?
-Llévate a los vampiros a Gijón que se sacien.- Me paré un momento.- Y llévate a los Inmortales, luego te lo explico Sandra.
-De acuerdo Paula y mejor que bajéis para que nadie piense que estéis muertas.
Nos levantamos para salir de la habitación, Sandra me paró y Rebeca se marchó para decirles al resto de inmortales mi decisión.
-¿Quiénes sois los inmortales?
-Verás los que faltan y ya me preguntas entonces, pero ahora mejor que bajemos.
-De acuerdo. ¿El resto lo sabe?
-¿Los mortales, como tú? –Sandra asintió.- No lo saben. Van a creer lo que les diga ahora y otro día me sigues preguntando.
Bajamos al piso de abajo donde nos estaban esperando los mortales que tenían la misma pregunta en mente pero sólo Jenny la expresó en voz alta:
-¿Por qué se han ido 16 de los nuestros y nosotros estamos aquí?
Sandra y yo nos miramos con complicidad lo que les molestó y se impacientaron.
-Porque fueron a hablar con Alejandro, no sé el tema y no me importa mucho que digamos.
Parecía que mi mentira surtía efecto porque dejaron de preguntar y empezaron a beber de nuevo, Sandra y yo nos unimos a ellos. Al cabo de una hora recibí una llamada de Rebeca.
[-Paula necesitamos tu ayuda.]
-Déjame escuchar Rebeca.
Escuché atentamente a través del móvil y oí muchos gritos.
-¿Qué ha pasado Rebe? ¿Qué han hecho?
[-No lo sé exactamente, empezó todo muy rápido. Tienes que venir.]
-Voy para allá ahora mismo.- Colgué el teléfono.- Sandra tengo que irme, hay un problema con el tema que sabemos tú y yo.
-De acuerdo, pero mejor que vayamos todos para que no se cabreen.
Subí un poco el volumen de mi voz ya que hablaba en susurros con Sandra.
-Chicos me acaba de llamar Rebeca que están dando copas gratis en Gijón.
Todos se levantaron rápidamente y nos pusimos en marcha hacia Gijón que al llegar les mandé a dónde estaban dando las copas gratis.
Yo me fui a donde estaban Rebe y los demás inmortales que estaban más calmados, Sandra me acompaño para saber más del mundo vampírico.
-¿Qué ha pasado?
-Que un imbécil se metió entre mi presa y yo.
-Especifica Adrián por favor.
-Yo estaba persiguiendo a ese de ahí - Adrián señalo a un tío al otro lado de la acera- y el que está a su izquierda me vino por detrás y me dio un golpe en la cabeza, ya no recuerdo más. ¿Qué hace ella aquí?
-Luego te lo digo y no te vayas por los cedros de Úbeda, y el resto decidme más.
-Bien en cuanto Adrián tocó el suelo el resto de nosotros…
-Exceptuando yo Pablo.- Aclaró Tiziano.
-Bueno vale. Pues que nosotros 6 nos enfrentamos a esos 7 de ahí, si te preocupa si nos pasamos con la fuerza no te preocupes porque apenas la utilizamos.
-De acuerdo Pablo. Si no os importa voy a comer. ¿Alguien me acompaña?
Los vampiros negaron con la cabeza y yo me fui a donde estaban los agresores de mis amigos, mi familia. Mientras estaba comiendo Sandra le preguntó a Rebeca:
-¿Cómo hará para llevarlos a donde quiere?
-¿Tú no nos has visto bien Sandra? Míranos sin pensar y luego di lo primero que se te venga a la cabeza.
-Rebeca no me lo expliques porque ya me he visto muchas pelis y series de vampiros y veo que utilizan su belleza.
-Pues entonces te has contestado a ti misma, con su belleza los llevará a donde quiera ella.
-Como el resto de nosotros que necesitamos beber sangre para sobrevivir.-Dijo Tomás.
Ellos no se dieron cuenta de que yo ya había vuelto y estaba escuchándoles.
-Paula sí que te ha enseñado bien a no caer en nuestras redes.
-Es porque le hice un hechizo para que no hubiera problemas por lo menos conmigo cuando se lo hice. ¿Os sirve así?
-¡JODER PAULA!- Exclamaron todos asustados.
-Claro que sí, pero no te esperábamos tan rápido y la próxima vez avisa con una leve tos.
-Eso es porque no he comido en mucho tiempo Esteban. Es más divertido así, que aunque pase mucho tiempo no lograréis saber cuando estoy detrás de vosotros.
-Yo tengo una pregunta Paula. ¿Por qué esta noche sucumbí ante tu belleza?
-Porque yo incumplí mi promesa, que consistía en que no dejaría que ninguno de mis niños se acercara tanto a ti.
-¿Tus niños? – Preguntaron todos los vampiros, incluso los que fueron indirectamente creados por mí.
-Lleváis una parte de mi sangre. Pero lo que sentiste esta noche ni se acerca a lo que se refieren,
-Porqué…-Dijo Cris.
-Porque la familia de tu prometido te hizo un hechizo más fuerte que el mío.
-No podemos creer lo que estás diciendo. ¿Sandra está libre de nuestra seducción?- Preguntó David.- No es porque a mí me importe pero no me lo puedo creer.
-De la parte vampira sí, de la parte humana no. Y no solo está libre ella, todo el grupo –señale a nuestros compañeros.– lo está.
Vi en los ojos de los inmortales una mezcla de decepción, miedo, curiosidad y alegría; tras esta conversación conseguimos ir a dónde estaban el resto para seguir bebiendo alcohol.
Los vampiros se fueron antes del amanecer sin ser vistos más que por los Inmortales, Sandra y por mí; aunque a Sandra le pareció ver un borrón y me preguntó al oído:
-¿Se fueron ya? ¿Y a dónde se han ido?
-Sí se han ido. Tienen una casa donde la yoca del rinconin, aunque tú no vas a ir por allí.
-¿Cómo lo han hecho?
-Con hipervelocidad como Superman. Eso es muy bueno cuando necesitas irte a un lugar seguro antes del amanecer. Algún día te lo explicaré con más detenimiento.
-De acuerdo.
En ese momento percibí en la mente de Sandra que se urdía un plan para poder ser uno de los nuestros pero no le di importancia ya que estaba segura de que querría seguir siendo una mortal con un gran secreto.
Cuando vimos que no podíamos más nos fuimos a la cafetería de siempre, nos quedamos hablando un rato largo, Sandra estuvo preguntando sobre la familia de Alejandro y yo le respondí a todo lo que sabía. Cuando me di cuenta de la hora les dije a todos:
-Tengo que irme a arreglar papeles. Rebeca… ¿Has traído esos papeles que te comenté?
-Sí, te los firmé y te los he traído. Junto con esto, que no sé para que quies unos papeles en alemán.
-Es el testamento de Til, gracias Rebe por traérmelo. Os veo esta tarde a los que vayáis a mi casa. Y Sandra…
-¿Qué pasa Paula?
-Mejor que te olvides de ese tema por tu bien y el suyo.
-De acuerdo y lo siento.
Sandra había pensado volver a tener sexo con Adrián y no quería que este último la convirtiera en vampira…
Por supuesto el resto quedó mirándome extrañada mientras me despedía con la mano y pagué lo que había consumido.
Me fui primero al Juzgado, que no tardé mucho porque apenas había gente a esas horas, y luego fui al consulado alemán dónde tarde algo más de lo esperado.
Tuvieron que ir a buscar todo lo que me había dejado Til, al volver al despacho me traía todas las pertenencias de él y me dijeron:
-Por favor confirme de que le damos todo. Aquí está el dinero que le legó su marido.
Me tendió un talón con una cantidad increíble de dinero y le pregunté:
-¿Este de dinero de qué es? Sé lo que tenía Til en el banco y no era tanto, porque teníamos las nóminas metidas en el mismo número.
-Su familia murió el mes anterior a la redacción de este testamento –Me señalo los papeles.- y le legaron todo ese dinero. Aquí tiene las escrituras de las propiedades de la familia y las acciones de la empresa en la que trabaja.
La secretaria me tendió las escrituras de las propiedades en toda Europa y las acciones de la empresa, tras mirar las acciones con detenimiento le pregunté:
-¿Cuántas acciones son exactamente?
-Su difunto marido era el mayor accionista de la empresa lo que la convierte ahora en mayor accionista de esa empresa. Ahora le traeré las joyas de la familia que la condición de la familia es…
-Que no se vendan, eso ya lo sé. Ahora vaya a buscarlas.
La secretaría fue en busca de las joyas y a la vuelta vino también el embajador, aunque se quedó fuera para espiarnos.
-No me las enseñe en foto y mejor que le diga al embajador que entre.
Se abrió la puerta y le dijo en alemán a la chica:
-Hay que comprobar si tiene antecedentes o algo así.
-Pregúntemelo a mí directamente o si lo prefiere puede llamar a la policía en Alemania o aquí, y verá que estoy limpia. –Dije sin darme la vuelta.
No les vi las caras pero las intuía, estaban asombrados.
-Sí sé alemán, lo puedo oír, leer, escribir y hablar perfectamente.
-De acuerdo esa es una parte de la prueba que se nos impuso, pero queda la parte…
-En la que me piden donde traduzca mis votos matrimoniales. Aunque eso no es todo, sé hablar y diferenciar todas las lenguas del mundo; incluso las muertas.
Me tendieron una hoja dónde había escrito una frase en diferentes lenguas muertas, la miré rápidamente y dije:
-Todas ellas dicen lo mismo. “Tú eres mi vida y por ello todo lo mío es tuyo, lo tuyo es mío. No me olvidarás y yo no te olvidaré, esto último tenlo por seguro.”
-¿Qué es eso exactamente?
-Mis votos matrimoniales, cuando nos casamos Til y yo le dije esto en todos estos idiomas.
-Entonces firme esto y podrá irse.
-Si me dan todas las joyas sí que me iré, pero firmando lo que me mandaron la familia de mi difunto marido.
Les tendí la hoja que había traído y se quedaron boquiabiertos, mientras la leían le dije al embajador:
-Mejor que el collar que falta sea devuelto o me veré obligada a acusarles de ladrones ante lo más alto…
En ese momento el embajador le quitó el collar a la secretaría que quedó con los ojos como platos.
-No quede así querida porque se lo había visto nada más entrar. ¿O cree que soy tan estúpida?
Antes de que me contestara la secretaria el embajador me devolvió la hoja y la firme, al terminar de recoger las cosas me fui hacia mi casa (en realidad la casa de Rebeca, pero me gusta decirlo).
Al llegar a la casa me invadió el olor a comida y el rumor de las risas, al entrar en la cocina vi que los Inmortales estaban comiendo y Pablo me dijo:
-Has tardado mucho. ¿Por qué amor?
-Porque los de la embajada son imbéciles, querían timarme pero no me ganan a cabrona. Por cierto Rebeca aquí tienes los papeles de la casa y las llaves de sobra, las otras te las daré más adelante.
-Esas quédatelas. ¿Quieres comer algo?
-Me has leído pensamiento, estoy hambrienta. Me comería a uno de vosotros vivo.-Se quedaron atónitos.-Tranquilos es una broma, joder parece que todavía no conocéis mi humor.
Todos reímos mientras dejaba a un lado todo lo que traía, me senté y me preguntaron:
-¿Qué es eso?
-Es lo que os dije que iba a buscar a la embajada alemana, la herencia de Til. {Mi difunto marido.}