Capítulo 10

-Mejor que no preguntéis sobre lo que paso en Alemania porque no os lo voy a decir a ninguno. Y cuando digo a ninguno es a ninguno.
Seguimos con la fiesta hasta que llamaron a la puerta, eran Alfonso y Pablo que dijeron al entrar:
-Hola a todos.
-Hola chicos.
-Fonso deja el traje arriba.
-De acuerdo.
-Espera que te lo subo yo.
-Gracias Rebeca. Ten cuidado con él.
En ese momento el timbre sonó de nuevo y los que estaban a las ventanas dijeron:
-Es la madre de Belén.
Abrí la puerta lo que dio pie a que la señora entrara sin ser invitada a ello.
-¿No le han enseñado modales?
-Sí, pero a vosotros no.
-Le pido que se vaya de aquí ahora mismo, por favor.
-Todos sois unos asesinos y sobre todo tú Paula.
-No me enfade porque la que va a salir peor parada va a ser usted, así que le pido por segunda vez que se vaya de mi casa por las buenas.
-No se te ocurrirá echarme.
-Está en todo su derecho señora y yo puedo detenerla por un allanamiento si le parece bien.
-¿Qué?
-Ya es el tercer aviso Fonso, así que con tu permiso voy a hacer lo que me gustaría haberle hecho a su hija en su día.
En ese momento cogí a la madre de Belén y la eché de mi casa a la fuerza, ya en la puerta se la cerré en la cara y seguimos con la fiesta, algunos que estaban en las ventanas le dijeron adiós para siempre con la mano y con una sonrisa en la cara. Aunque era un comportamiento muy malo, me gustó mucho hacerlo.
Salí a la calle a tomar algo el aire cuando me di cuenta que Rebeca estaba mi lado y me dijo:
-¿Qué tal vas con las transformaciones?
-Creo que bien, de momento no me ha dado dolor de cabeza ni mareo ni nada por el estilo.
-¿Qué vas a hacer ahora?
-Queda sólo Saray por convertir. No sé si la convertiré ahora para que luego no tenga que preocuparme…
-¿Pero?
-Ya eres como Fonso. Pero necesito que esté el novio cerca para que lo convierta también.
En ese momento llegó Raúl, el novio de Saray, que al vernos fuera nos saludó y preguntó:
-¿Saray está dentro?
-Sí, anda pasa.
Le abrí la puerta para que entrara, al entrar todos empezaron a gritar su nombre y se encontró con su novia se besaron apasionadamente. Cerré la puerta para seguir hablando con Rebeca en un sitio donde el resto no nos oyera la conversación.
-No intentes entrar en mi mente Rebeca, porque aún te queda mucho por aprender en ese sentido y aún así no lo lograrás en muchos siglos.
-¿Cuánto tiempo tardaré en dominarlo?
-¿Entrar en la mente de la gente?- Rebeca asintió.- No te preocupes por eso porque podrás entrar sin problemas, también incluyo a los vampiros en ese grupo. Pero ni tan siquiera Adriático pudo atravesar mi mente para entrar en ella.
-¿Ni tan siquiera Adriático? Es raro siendo tan…
-… Anciano, en ese sentido también me molestó a mí. Al principio, por lo menos, pero luego me resultó más divertido hacerle esa putada.
-¿Por qué? Conozco esa sonrisita. Te hacía feliz recordar que eras especial antes de esto.
Sin darme cuenta estaba sonriendo de una forma que hacía tiempo no lo hacía, por eso se sorprendió Rebeca.
-Siempre, pero si me toca vivirlo he de vivir con este destino.
-Hay algo más que no me estás contando pero me lo contarás enseguida. ¿No es verdad?
-Si que lo he estado ocultando, tú me conoces bastante bien sin entrar en mi mente. Me dijo en una ocasión antes de desaparecer que me parecía demasiado a mi antecesora.
Reímos las dos cuando nos dimos cuenta que era gracioso la comparación, antes de que nos pudiéramos dar cuenta los vampiros estaban asomando su cabeza por la puerta y por la ventana. Silvia nos preguntó:
-¿De qué os reís guapísimas?
-De no mucho la verdad. ¿Qué habéis oído?
-Nada de nada Paula.
-¿De verdad Esteban? Porque no me fío de vosotros.
-Es verdad, oímos que os reíais y queríamos saber el porqué.
-Era un chiste que sabemos Paula y yo, que por cierto no deberías convertir a una que sabemos.
-Dame algo de tregua Rebeca porque tengo que guardar energías.
-¿Cuándo lo harás?
-Probablemente en unas horas pero no puedo hacerlo muy tarde.
Se abrió paso Fonso para salir afuera para cotillear lo que estabamos haciendo todos los inmortales allí.
-¿Qué estáis haciendo aquí afuera?
-Hablando como de costumbre.-Respondió Rebeca.
-Más bien ellas dos.
-Eso es verdad Irene.
-Sólo quiero que me respondáis a una pregunta. ¿Me puedo llevar a Rebeca?
-Llévatela anda, que para eso eres un impaciente. Ir a la habitación de arriba.
Rebeca y Fonso se fueron corriendo a dónde les dije, los vampiros nos quedamos fuera respirando un poco de aire puro. Entramos dentro de la casa y me fui a hablar con Saray porque me requería.
-¿Qué pasa Saray?
-Tengo que hablar contigo a solas.
-De acuerdo, acompáñame por aquí. –Salimos al patio interior de la casa.- ¿De qué quieres hablar?
-He notado algo raro en el resto del grupo, los que estamos más unidos.
-¿Qué has notado Saray?
-Es como si hablaran sin decir ninguna palabra pero que hay algo que me pierdo.
-No es nada, dentro de poco podrás hacerlo tú también.
-¿Qué es lo…?
Antes de que acabara la pregunta la mordí e hice el mismo procedimiento que con el resto de vampiros. Al terminar de transformarse Saray se levantó y me preguntó:
-¿Qué ha pasado?
-Te he convertido en vampira. Luego te traes a Raúl para que te explique como tienes que hacer.
Se fue antes de que pudiera decir algo más, al poco tiempo regresó con Raúl. Le fui explicando a Saray lo que tenía que hacer y lo hizo sin hacer ninguna objeción, al terminar toda la fase les dije:
-Debemos irnos al salón porque Alex y Álvaro nos van a decir algo.
Salimos del patio y nos fuimos hacia el salón dónde todos estaban alrededor de Álvaro y Alex que estaban esperando a que estuviéremos todos, y se sentaron mientras que yo me quedé en el marco de la puerta.
-Alex mejor que empieces a hablar porque los que están arriba pueden tardar algo, en ese caso ya les cuento yo todo lo que se diga aquí.
-De acuerdo. Como ya sabéis chicos y chicas, Álvaro y yo salimos desde hace años…
-Y queremos que asistáis a una celebración muy importante.
-¿Para cuándo nos vais a deleitar con esa celebración?
Pregunté sin vacilación. Hubo un silencio en el que nos estuvimos mirando y al fin Alex contestó:
-El 5 de Julio nos casamos.
-¡¿QUÉ?!- Preguntaron todos atontados.
-¿Qué nos hemos perdido?
-Os habéis perdido que Alex y Álvaro se van a casar. ¿Ya terminasteis?
-Es que no me concentro.
-Ah vale, esa parte ya la sé.
-¿Cómo es que lo sabes?
-Eso te lo contaré algún día, pronto muy pronto. Tranquila Rebeca.
Cuando el resto reaccionó ante este anuncio les empezó a felicitar, al terminar se decidió que nos fuéramos de fiesta para celebrarlo. Todos nos fuimos menos Alfonso y Rebeca que quedaron para terminar con lo que empezaron.
-¿Qué van a hacer esos dos?
-Espero que nada más que lo que empezaron, y David no me mires así porque no te lo voy a contar.
-De acuerdo, pero es que tengo ganas de saber lo que van a hacer en tu casa a solas.
Me giré para ver a Rebeca y a Fonso mejor para decirles:
-Espero que no hagáis la limpieza porque quiero hacerla yo. {Los condones los tenéis en la mesita de la derecha y no me joder la cama anda.}
Me sonrieron bajando la mirada, el resto nos miraron y David me preguntó:
-¿Qué ha pasado Paula?
-Nada David no te preocupes por eso ahora y vayamos de fiesta. Sólo te digo una cosa: si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.
-¿Qué quiere decir eso?
-Que si no recuerdas las locuras que has hecho por amor es que no has amado. ¿Recuerdas alguna locura de amor David?
-La verdad es que recuerdo algunas.
-¿Recuerdas algunas? ¿Con quién?
Todos se quedaron mirando a Silvia, que se puso roja al verse el centro de atención.
-Sí, recuerdo las más recientes Silvia y con quién prefiero guardármelo para mí.
-¡Venga ya! ¿Queréis que me crea que no sé lo que significan las miraditas esas que tenéis entre vosotros dos?
-¿Qué dices Paula?- Dijo David algo nervioso.
-Pues digo lo que hay chicos. Si no lo contáis vosotros dos lo cuento yo.
-¿El qué nos tienen que contar Paula?
-Silvia y David están…
En ese momento los aludidos me taparon la boca y para que me soltaran les mordí.
-¿Lo vais a contar vosotros dos o lo cuento yo? Porque yo llevo mucho tiempo queriendo contarlo.
-¿Desde cuándo lo sabes?
-¿Vuestro secreto? ¡Puff! Desde hace mucho tiempo Silvia.
-¿Exactamente?
-Desde el día en que se descubrió el “amor secreto” de Aurora y Tomás. ¿Te parece mucho tiempo David?
-Creo que sí. Joder tía hoy te invito a todas las copas que tomes.
-¿Para que me calle? Porque no funcionará.
-Para agradecértelo.