Con razón del nuevo curso escolar empiezo un módulo de grado superior en un nuevo IES. Allí conozco a gente nueva y supero los miedos del primer día tanteando un poco el terreno.
Nos conocimos todos un poco e hicimos los grupos de amigos con los que íbamos a salir por la noche sin ser de cena de clase. Pasaron las semanas y empezamos los exámenes, con algunos altibajos fui pasando los exámenes. Cuando quisimos darnos cuenta la 1ª evaluación había pasado y cuando nos dieron las notas hicimos una cena todos los de clase.
En esa cena hubo algunos brotes de amor que luego dieron lugar a algunas parejas al final de curso.
Tras esta cena salimos algunos en Nochevieja y ese día creo que nos marcamos una meta común APROBAR EL CURSO EN JUNIO. Aunque la verdad yo presentí que ese día pasaría algo pero entre tanta fiesta no supe que era.
Pero lo que sí que sentí fue que alguien me clavaba su mirada en mi nuca pero no había nadie detrás de mí, también sentí que mis manos me quemaban y al mirármelas vi que el anillo de ojo de gato (una piedra) estaba brillando y se intuía un ojo.
-¿Qué te pasa Paula?
Al principio no oí a Esteban, pero como no le hice caso me puso su mano derecha en mi hombro derecho y me preguntó otra vez:
-¿Qué te pasa Paula?
-¿Qué? No pasa nada Esteban, pero gracias por preguntar.
Tras mi aturdimiento volví a mirar el anillo y no se veía nada, me toqué la nuca con las yemas de los dedos de mano derecha y noté que tenía unos ojos grabados.
Nadie se dio cuenta de eso.
Después de esto siguió la fiesta hasta que no pudimos más, así pues entramos en una cafetería que estaba vacía (raro para ese día) para tomar el chocolate con churros y nos atrincheramos en una zona para que no nos molestase nadie; pagamos lo que habíamos pedido antes de sentarnos.
Y cada vez que alguien no podía estar más despierto lo mandábamos para casa, hasta que no quedaba nadie más que Adrián y yo. Así que le dije:
-Ni lo pienses chaval porque será difícil que tú y yo acabemos juntos, somos demasiado diferentes.
-¿Tan diferentes somos? Yo creo que no lo somos y también creo que estaremos juntos antes de que termine el curso.
-Yo creo que te equivocas y además no sabes mucho sobre mí.
-Puedo ir aprendiendo, dime algo ahora. Por ejemplo cuando es tu cumpleaños.
-En el transcurso del curso te iré dando lecciones, cómo dices tú hoy te daré la primera lección.
-Dispara estoy listo.
-A una chica no se la presiona. Y contestando a tu pregunta mi cumpleaños es hoy.
-Pues felicidades. Y… ¿Quedamos a las 9 y media de la noche para celebrarlo?
-Claro que sí, pero queda con el resto de los tíos y… Para poder quedar esta noche tendremos que irnos a nuestras casas.
-¿Solos tú y yo? ¿A tu casa o a la mía?
-Muy gracioso pero vamos a salir juntos de la cafetería, pero cada uno se pira para su casa.
Salimos de la cafetería, Adrián iba haciendo eses con lo que tuve que ir haciendo de muleta para que no se cayera al suelo. Tras llegar a la parada de la plaza de Europa vino el bus que llevaba hasta Nuevo Gijón, y como Adrián no podía estar sin apoyo fui con él hasta su casa.
Tuve que mirar su DNI para saber dónde vivía exactamente y nos bajamos un par de paradas antes para que llegara menos borracho a su casa.
Al llegar al portal piqué en el piso que era y la voz de la madre de Adrián preguntó que quién era a lo que contesté:
-Señora, soy una amiga de su hijo que le trae al mismo.
-[¿Qué le ha pasado?]
-Sólo se ha mareado y yo le vine a acompañar para que no le pasase nada mientras venía hacia aquí.
En ese momento abrió el portal, subimos en el ascensor que al llegar al piso que era nos abrió la puerta la madre que cogió a Adrián y me dio las gracias (junto a una pequeña compensación, el billete del bus 1 €).
Me fui para mi casa para poder recibir las felicitaciones de mi familia, mientras estaba en el bus no paraba de sonar el teléfono para felicitarme el Año Nuevo y el cumpleaños. Cuando llegué a casa saludé, fui directa a la ducha, tras ducharme me vestí e intenté descansar un poco pero no pude porque me reclamaban para darme los regalos.
A media tarde me llamaron las chicas:
-¿Qué pasa Irene?
[-¿Quedamos esta noche a eso de las 10 en la Gota de la Leche?]
-¿Qué tal dentro de 2 horas?
[-¿Por qué dentro de dos horas? ¿Qué vas a hacer?]
-Le dije a Adrián quedase con todos vosotros a las 9 y media. ¿No os avisó?
[-Pues no nos dijo nada, ni siquiera nos ha llamado.]
-No me extraña después de cómo le dejé en casa, estaba algo mareado por decirlo suavemente.
[-Cuenta. Aunque sea a grandes rasgos.]
-Recuerdad a las 8 en La Gota de Leche y os cuento todo.
Colgué el teléfono, me vestí y me maquillé para salir por la puerta. Adrián me llamaba con mucha insistencia no descolgué porque no me daba tiempo para mucho, por culpa de esto casi pierdo el bus. Sabía que las chicas iban a quedar antes para que cuando llegase yo estuvieran ya todas allí.
Como predije las chicas habían quedado antes y me encontré allí con Irene, con Saray, con Rebeca, con Sandra y con Silvia que nada más verme:
-Ángela y Lucía vienen ahora. Se estaban terminando de arreglar cuando las llamamos. Ya sabéis lo que tarda cada una.
-Habladme de una en una por favor que sino no me entero de nada. ¿Os dijeron más o menos los que van a tarda?- Negaron con la cabeza.
-Ya estamos aquí. Nos ha costado llegar pero al final hemos llegado.
-Ya se os ve a las dos, Ángela.
-Eso no es lo importante. Cuenta lo que nos interesa, sabemos que os quedasteis Adrián y tú solos en la cafetería y queremos saber si hubo tema o no lo hubo.
-No lo hubo porque el pobre estaba más pa’ya que pa’cá. Aunque si os digo la verdad fue interesante conocer a la madre de Adrián, que por cierto viene hacia aquí el hijo de su madre.
-¿Quién? ¿La madre o Adrián?
Señalé hacia la dirección de dónde venía Adrián que al ver que todas le mirábamos aceleró el paso, al llegar dónde estábamos dijo tímidamente:
-Hola chicas, no sabía que era una reunión de chicas.
-¿Qué faes aquí? ¿Con quién has quedao?
-Conmigo Rebeca pero hasta las 9 y media no habíamos quedado. ¿Quedaste con los tíos?
-No, lo siento ya sé que dije que lo haría pero me he levantado hace nada y además estaba muy mal, ya lo sabes Paula.
-Hemos quedado nosotras con ellos aquí a las 10. Así que nos quedan dos horas por delante hasta que vengan. ¿Dónde les esperamos?
-Vamos a la cafetería de aquí al lado.
-¿Cuánto tiempo se tarda en ir hasta allí?
Cogí a Irene por el brazo y nos dirigimos hacia la entrada de la calle Magnus Blikstad (actualmente Avenida del Sol), le señale dónde estaba la cafetería que decía (es la cafetería Arosa).
-¿Te parece lo suficientemente cerca de la Gota de Leche? Cuando llegue la hora les llamamos diciéndoles donde estamos.
Fuimos a la cafetería y nos sentamos en una zona donde se pudiera colocar otra mesa con sus sillas para las personas que faltaban. Pedimos nuestras consumiciones sin pedir las consumiciones del resto, para evitar los “yo no quería esto” y “¿me veis con cara de que beba esto?”.
Cuando vimos que eran las 10 llamamos al resto para que fueran hacia donde estábamos. Mientras llegaban y no, juntamos otra mesa para que estuviéramos sin estar apretujados y no nos confundiéramos de bebidas. Cuando llegaron se sentaron y pidieron, se le trajo el pedido y estuvimos en la cafetería Arosa hasta que nos invitaron a abandonar el establecimiento lo que hicimos de todo gusto dejando propina (en aquella época todavía se dejaban propinas). Cuando salimos al frío de la calle nos abrigamos y estuvimos decidiendo dónde ir, ya que no queríamos congelarnos.
Cada vez que recuerdo aquellos maravillosos años me entra una nostalgia…
Así que decidimos irnos a cenar al chino que había cerca de allí. Entramos, nos sentamos y pedimos; mientras pasaba el tiempo la cena se había terminado así pues pagamos y antes de salir decidimos todos ir a la GO! porque sería el único sitio dónde se estaría en caliente y con la gente justa para estar bien (sin tener que pelearte por un par de centímetros). Al entrar vimos que había sitio suficiente para juntar varias mesas, así que lo hicimos aunque nos invitaron a que no lo hiciéramos, no les hicimos ni caso. Pasamos allí un buen rato hasta que Adrián se levantó y dijo:
-Bueno chicos por si no lo sabéis es el cumpleaños de Paula así que le he traído un pequeño presente.
-Como sea lo que pienso se lo das a Sandra.
-Pues no es lo que piensas porque es algo muy especial.
Sacó un osito pequeño del bolsillo derecho del abrigo y me lo extendió.
-Era mío, de cuando era un crío, creo que tú lo tendrás mejor cuidado que yo.
-Adrián no puedo aceptarlo es un recuerdo tuyo de cuando eras crío.-Adrián puso cara de cordero degollao.- Bueno si pones esa carita te lo acepto, cuando nos separemos todos los del grupo lo miraré y me acordaré de vosotros.
Todos se emocionaron tras mis palabras, estuvimos allí un rato largo hasta que yo me dormía cuando no estaba participando en ninguna conversación así que me dijeron que me fuera para casa.
-Venga Paula te acompaño.
-No hace falta Adrián, voy sola. Además si alguien me quiere hacer algo le doy una tunda que no sobrevive.
-Vale pero cuando llegues a casa me das un toque. A todos nosotros.
-U os envío un sms a todos diciendo que he llegado sana y salva, sin ningún rasguño.
Me fui sin que me dijeran nada, pero yo presentía que iba a pasar algo malo esa noche aunque no sabía a quién. De camino a mi casa me crucé con muchas personas, pero había una que parecía que tenía el mismo camino que yo. Cuando giré la cabeza ya no estaba detrás de mí, pero al volver a mirar hacia delante estaba allí con una amplia sonrisa y me sobresalté a lo que me dijo:
-No te preocupes no te haré mucho daño.
Estaba como en un trance, no podía moverme y él me llevó a un lugar oscuro dónde me mordió en el cuello; intenté con todas mis fuerzas escapar pero no pude. Me desmayé, no sé cuanto tiempo pasó hasta que me desperté, viéndole a él con la misma sonrisa que antes y me dijo:
-Siento que te haya asaltado así pero tuve que hacerlo para no perder ni un minuto, todo lo que necesitas saber sobre lo que eres puedes buscarlo en tu sangre sólo debes conectar con ella. Me llamo Adriático y seré tu guía hasta que no necesites más mi ayuda. ¿Alguna pregunta?
-Sí pero va en dos partes. ¿Me puedes ayudar a levantarme?- Me ayudó a levantarme.- La segunda pregunta es: ¿Por qué yo?
-Porque eres única entre todos habitantes del mundo, por cierto vas a tener que seguir una lista, probablemente habrá momentos que tendrás que transformar a más de una persona por noche.
No sabía cuanta razón tenía al decirlo, ahora me doy cuenta de que era verdad. Tras mi transformación todo fue como antes; llegué a casa, mandé el mensaje, me quité el maquillaje y la ropa, me acosté pero poniéndome el pijama antes y descansé como nunca lo había hecho.
Se terminaron las vacaciones de Navidad y volvimos a clase.
Mis compañeros y yo pasamos el resto del año entre exámenes y cenas. Sin más discusiones ni cosas raras (exceptuando el hecho de que era una vampira), Adrián al final se dio cuenta de que amaba a Sandra y aunque nadie sabía como iba a terminar eso, les apoyamos en todo momento.
Un día durante un recreo que hacía buen tiempo le estuve leyendo las líneas de las manos a Sandra mientras el resto estaba fuera y le dije:
-Vas a tener una boda muy especial con alguien a quién amas.
-¿De verdad? ¿Sabes cuándo va a ser esa boda? ¿Y con quién?
-Sí, la tendrás en un mes frío y el quién no se sabe por las líneas de la mano. Aunque puedo saberlo por otra forma.
-¿Cuál es la otra forma?
-Dame las manos, ambas manos y ponlas boca abajo que se junten con las mías. Cierra los ojos, respira hondo y hecha el aire por la boca, ahora tendrás que estar relajada.
-Vale.
Nos relajamos ambas y vi que se casaba con el hijo de Lola, una gitana que regía una tienda de productos mágicos, al abrir los ojos vimos a Adrián y a David mirándonos asombrados. Que al reaccionar ambas, les pregunté:
-¿Qué pasa? ¿Nunca visteis leer el futuro a una persona?
-De esa forma nunca lo hemos visto, sólo he visto leer las líneas de la mano y las cartas.
-Sé hacerlo de las dos formas David, pero Sandra quería algo más profundo.
-Hola cielo.- Saludó Adrián a Sandra dándole un beso que nos sacó de quicio a David y a mí.
-Por favor para eso iros a un sitio más privado. Chiki hagamos un trato, si para cuando terminemos el ciclo, los dos años me refiero, no tenemos pareja acabamos tú y yo juntos.
-De acuerdo, todo por culpa de vosotros dos que esta clase parece la clase del amor.
-Sí, dónde Eros y Afrodita imparten sus clases del amor.
Chiki y yo nos reímos ante nuestras frases.
-¿Qué me puedes decir de lo que has visto Paula?
-Nada en claro, lo siento. Hay veces que funciona pero en otras no.
-Un día me lo tienes que hacer a mí.
-Te leo las líneas de la mano ahora si quieres chiki.
Me tendió la mano izquierda, se la estuve mirando y vi que tenía una línea perfecta, lo que me extrañó así que le pedí la otra entonces me di cuenta de que ambas manos presentaban el mismo patrón. Cuando David me vio remirar las líneas me preguntó:
-¿Qué sucede Paula?
-Nada es que me parecía algo raro, pero no era nada malo. Vas a tener novia y tendrás una vida muy buena y una salud increíble. No tendrás ninguna enfermedad importante.
-Ahora mira la mía por favor Paula.
Miré la mano de Adrián era exactamente igual a la de David, pero con la diferencia de que Adrián iba a casarse cinco veces. Cuando terminé de leérsela el resto del grupo llegó y querían lo mismo así que dije:
-Por favor dejarme que le diga lo que vi en su mano a Adrián. Bien lo que he visto es muy similar a David pero con la diferencia de que te vas a casar 5 veces.
-¡Joder que ligón eres!
-Gracias Lucía. Pero soy hombre de una sola mujer. –Y besó a Sandra.
-Dejadme ver vuestras manos, uno por uno vale. Primero los chicos, Esteban y Tomás acercaos.
Les miré las manos y no me podía creer que fuesen las dos iguales sin ninguna imperfección, luego les siguieron las chicas desde Saray a Rebeca sus manos tenían la misma estructura; ni una imperfección. Al ver mi cara se asustaron y Saray preguntó:
-¿Pasa algo Paula?
-Bueno quitando detalles pequeños vuestras manos son iguales. No lo entiendo, dejadme recapacitar y os lo digo otro día. ¿De acuerdo?
Asintieron todos ellos y nos sentamos en nuestros sitios, al pasar Álvaro por detrás de mí sentí una energía muy familiar; lo mismo me pasó cuando se acercó Alexandra a preguntarme dudas que tenía a lo que dije:
-Las dudas que tienes no son estudiantiles, lo mismo le pasa a Álvaro. Sólo os digo que no os preocupéis por nada, vais a tener una boda.
-¡¿BODA?!- Dijeron todos, inclusive el profesor, asombrados.
-¿Cómo puedes saber que queremos tener una boda?
-Por las vibraciones que me mandáis, tranquilos para el próximo año tendréis boda. Y el resto no seáis cotillas.
-Hemos oído la palabra boda y como locos estamos ahora.
-Pues tranquilizaos que de momento no la va a haber.
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